jueves, 9 de julio de 2009

Entrevista Revista veintitrés

02/07/2009
Revista Veintitrés


Martín Sabbatella
“Debemos frenar a la derecha”
Consiguió un seis por ciento de votos bonaerenses y dos diputados. Kirchner fue el primero en felicitarlo, pero prefiere aliarse con Pino Solanas en un gran espacio progresista.

Por Graciela Moreno

Doce años de experiencia al frente del municipio de Morón le sirvieron a Martín Sabbatella como carta de presentación para alcanzar más de 400 mil votos con su partido Encuentro por la Democracia y la Equidad, un nuevo frente progresista creado hace apenas dos meses. Elegido por casi el 6 por ciento del electorado bonaerense, entrará como diputado junto a Graciela Iturralde, ex mujer del canciller Jorge Taiana y militante de vasta trayectoria. A pocas horas de terminado el escrutinio, Néstor Kirchner fue el primero que lo llamó para felicitarlo, luego siguió el gobernador Daniel Scioli. Llegó el momento de las definiciones. Sabbatella lo sabe y analiza sus posibles alianzas en la Cámara. Con los resultados electorales en la mano, le gustaría acercarse más a Pino Solanas. Sostiene que es necesario generar una estrategia para frenar a la derecha.

–¿Cómo lograron posicionarse en el cuarto puesto?

–Porque somos una fuerza nueva, que logró romper esa tremenda polarización que se generó en un momento. Sin recursos, logramos enfrentar grandes aparatos, sin candidatos gigantes, ni millonarios con billeteras extraordinarias. Vinimos para quedarnos. Queremos recuperar el valor de la ética, de la honestidad y de la palabra. Rompimos con la cultura testimonial de los espacios progresistas y construimos una cultura de mayoría, que puede balancear y unir principios. Decimos que no todo es lo mismo en la política, Hugo Yasky, Víctor De Gennaro, gente que está en nuestro espacio, lo demuestra.

–¿Cómo analiza el voto castigo al Gobierno?

–Es indiscutible que la elección expresa una demanda de renovación, es un llamado de atención en términos de una lógica de construcción política. Hay un descontento vinculado a un estilo de hacer política. Después hay que ver cómo cada sector utiliza esta demanda. Mauricio Macri, Felipe Solá y De Narváez están a la derecha del sistema político, son una suerte de menemismo reciclado, porque fueron la pata empresarial de Menem y hoy son su expresión política. El Acuerdo Cívico también recicla las viejas estructuras partidarias. Unos plantean reprivatizar Aerolíneas y las jubilaciones, Alfonso Prat-Gay plantea quitar las retenciones y cubrir ese déficit fiscal endeudándonos con el FMI. Debemos frenar a la derecha y su estrategia de ir por cosas que debemos defender, como la recuperación del rol del Estado, la política regional y de derechos humanos.

–¿Cómo evalúa el discurso post-elecciones de la Presidenta?

–A mí me hubiese gustado que hubiera alguna señal en su discurso, que incorpore elementos vinculados a dar cuenta de esa demanda de renovación política. Faltó un nivel de reconocimiento mayor de esa búsqueda.

–¿Cómo es la estrategia para frenar a la derecha?

–Hay que frenar la idea de la derecha de querer utilizar estos resultados. Los sectores progresistas y populares debemos consensuar cómo protegemos el piso que consideramos valioso. Podremos tener diferencias con lo que falta, pero hay coincidencias en muchos pasos dados, son escalones de la escalera que ya subimos y hay que protegerlos para seguir subiendo.

–En el conflicto del campo, usted estaba a favor de la resolución 125. ¿Cómo votará si se tratan los superpoderes, los cambios en el Consejo de la Magistratura, la futura ley de radiodifusión...?

–Son cosas distintas. Los superpoderes pueden no ser necesarios y otra cosa es el debate de las retenciones; bien aplicadas y segmentadas, son a favor del pequeño productor. El tema de la Magistratura hay que discutirlo. Y votaría a favor de la ley de radiodifusión. Nuestra fuerza es previsible, lo que mejore la calidad democrática y la política distributiva lo acompañaremos. Lo que lesione la calidad democrática o profundice la desigualdad nos va a encontrar enfrente.

–¿En qué temas se diferencia del Gobierno?

–Si bien defendemos muchas cosas, sabemos que hay que hacer una reforma tributaria progresiva, impulsar la universalización de la asignación familiar por hijo, eliminar el IVA a los alimentos básicos, gravar la renta financiera, discutir la renta minera, quedan muchas cosas pendientes. No cambió la injusta matriz distributiva de los ’90. La derecha critica porque se distribuye, nosotros criticamos porque se distribuye poco. Como decía Arturo Jauretche: “Nos critican por los errores, pero nos quieren echar por los aciertos”. Somos críticos de no profundizar con más fuerza las políticas distributivas, de no haber construido una nueva cultura política. Se sostienen en las mismas estructuras clientelares, saltan de un lado a otro.

–¿Qué opina del papel que jugaron los intendentes del PJ en el conurbano?

–Hicieron lo que era obvio que iban a hacer, algunos intendentes siempre hacen lo que más les conviene, porque no están atados a un núcleo de ideas, principios o valores. Están atados a sostener su poder territorial de cualquier manera y con cualquier idea. No se puede pensar en virtud de un proyecto estratégico a largo plazo sobre la base de estructuras que están si les conviene y si no les conviene no están. Han convertido su ideología en el pragmatismo.

–¿Qué debería corregir en forma urgente el Gobierno?

–El problema que existe es que a veces una buena idea, planteada mal, con malos interlocutores, devalúa la propia idea. Y entonces es un problema. Si planteás lo del Indec devaluás la palabra oficial y después eso devalúa una buena idea planteada, que podés compartir. Plantear el tren bala como prioridad y vetar la ley de los glaciares, también. Vemos que los propios límites del Gobierno y la propia estructura del PJ le ponen un cepo a la posibilidad de avanzar.

–¿Le parecieron bien los cambios en el Gabinete?

–Reconocer errores es necesario, en defensa de los aciertos. No hay que facilitarle a la derecha la posibilidad de impugnar en bloque. Si los cambios están vinculados a las voces que se expresaron el 28, me parecen positivos. Además, algunos como Ricardo Jaime son de los funcionarios más cuestionados.

–¿Cómo analiza el voto bonaerense?

–Es parte de lo mismo, fue para canalizar una situación, pero no creo que todos los que votaron a De Narváez coincidan con su mirada ideológica. Demuestra un nivel de degradación de la política y contacta con cierto sentido común conservador existente. Hay que construir espacios políticos progresistas, populares, que recuperen la autoridad de la palabra para poder marcar un rumbo distinto que profundice y no retroceda.

–¿Cómo es su relación con Margarita Stolbizer?

–Tengo una buena relación, es una buena persona, pero creo que está resignada a que la política se hace con las estructuras políticas tradicionales o no se puede. Se va del radicalismo, critica cómo está la estructura y después termina haciendo una alianza. Puedo coincidir en muchas cosas, pero termina atrapada en la lógica tradicional de la política. Hay que vencer la cultura de la resignación.

–Si tuviera que elegir un socio para transformar ese espacio progresista: ¿Néstor Kirchner o Solanas?

–Cuando pienso en que hay que unir un espacio progresista, nacional, popular y democrático creemos que hay que hacerlo por fuera de los partidos tradicionales y Kirchner ha decidido construir en la lógica del PJ. Creo que hay que unir a los espacios progresistas y populares de la Argentina y Pino indudablemente es un protagonista fundamental, es natural pensar en construir un espacio en común. Si en Capital hubiesen ido todos los espacios progresistas juntos, le ganaban a la derecha. Hay que tener una mirada amplia, nadie es autosuficiente. Hay que construir por fuera de los partidos tradicionales, no como estructuras satelitales, porque después te comen como un sanguchito. Con autonomía, pero bancándose el tiempo de la construcción política y dispuestos a no agarrar atajos.

–¿Cómo se ve para el 2011?

–Esta fuerza nació para quedarse. Estaré donde haga falta. Quiero construir una fuerza con vocación de mayoría y de gobierno. Queremos gobernar la provincia de Buenos Aires y articular el espacio en otras provincias.

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