jueves, 16 de abril de 2009

RECONSTRUIR


Reconstruir la comunidad al calor de la confianza pública, ese es el desafío. En tiempos en que los hombres y mujeres de esta comunidad, sin distinción de edades, huyen de la política, es necesario restituir, restituirnos, volver a las fuentes, abrevar en los valores perdidos, recurrir al conocimiento y no al "reconocimiento", recuperar la militancia para ponerla en el el primer escalón del cambio, mutado desde hace tiempo en "carrera política", salir del acostumbramiento mediocre, corrupto, reciclado e "inamovible" de quienes vociferan por izquierda y votan por derecha. Y aquí hago una pausa para redifinir el rol del Dirigente, actualmente representado por gestores que se adecúan al pragmatismo de las circunstancias, siempre y cuando tales, les permitan sostener un status quo de privilegios que excede el marco ideológico, es más, en muchos casos ni lo roza; sólo depende de la billetera que sostenga estándares de vida que nos son vedados a la mayoría de los ciudadanos. Como decía Tejada "cambian, amantes esta noche, de médico esta tarde, porque el tedio que llevan ya no cabe en el mundo y ellos son los accionistas de los niños descalzos".

Ciudadanos que hemos dejado de ser tales por la pérdida de derechos, por la falta de equidad. Pero hay excepciones, miles y miles de excepciones. Y hay que poner el acento en el corazón de los laburantes, con o sin empleo, en el valor de la palabra, en la concepción del rol de Estado como garante de los derechos de los ciudadanos.

Por eso estamos dispuestos a construir de nuevo, a reconstruir, en un Encuentro por la Democracia y la Equidad que garantice anteponer la política militante a la política profesión, la honestidad pública a la corrupción, la consecuencia y la ética a la mentira y el oportunismo, la eficacia social en la gestión de gobierno al apropiamiento del poder para los negocios y la carrera política.
  Vamos a sostener un modelo donde las conductas públicas y la gestión de políticas del Estado Municipal sean herramientas de cambio colectivo. No debe haber política pública sin decisión de cambio y eso necesita identificar que es necesario cambiar, aquí y ahora, pero también en la perspectiva futura, estratégica. Por eso acompañamos las grandes decisiones que se ha tomado el Gobierno nacional en materia de jubilaciones, recupero de la línea aérea de bandera, la política de derechos humanos, el cambio fundamental en la Corte Suprema de Justicia, el intento de distribución de la riqueza y la actitud de "ponen más los que más ganan" (retenciones, renta extraordinaria sojera), el proyecto de Ley de radiodifusión. No comparto la forma de construcción del PJ, por eso no estoy ahí. Y además hay que profundizar una verdadera reforma política para una democracia real y no formal, para una participación que libere al pueblo del clientelismo instalado y sostenido por las viejas formas de la política, hay que reformular las políticas tributarias actuales, en muchos casos perversas, donde el pobre es el que más paga, hay que hacer una nueva Ley de entidades financieras, una de la democracia, donde la renta usuraria finaciera pague más que Doña Juana cuando va a comprar el pan, hay que darle la personería gremial a la Central de trabajadores argentinos para generar mecanismo directos de democracia sindical, hay que universalizar políticas de derechos para que todos los ciudadanos accedan al alimento, la ropa, la educación, la salud.

Romper con esas viejas formas es el camino más difícil, pero el único posible. Transitarlo es la decisión, despojarse del individualismo. A ello convocamos.

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